Programas de intercambio cultural para jóvenes: precios van desde US$ 5 mil por semestre
Sumar conocimientos, aprender más de un idioma y vivir nuevas experiencias es lo que motiva a los jóvenes a realizar estos programas de estudio o trabajo enmarcados en la tendencia de tomarse un año sabático o también conocido en el mundo como gap year . Producto del plus que genera el manejo de más de un idioma, los países de habla inglesa se encuentran entre los más demandados.
En la búsqueda de nuevas experiencias y un break en la ajetreada vida que llevan los estudiantes y jóvenes profesionales, los gap year -o más bien conocidos como intercambios culturales- han surgido como una alternativa cada vez más demandada en el país por quienes quieren tomarse un año sabático en el exterior.
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Con valores que van desde los US$ 5 mil para los programas semestrales y desde los US$ 6 mil para los anuales (ambos valores para Brasil como destino), estos intercambios poseen distintos focos académicos y planes de estudio -que varían según los países a los que se concurren- y que se acogen a mallas curriculares para reforzar el aprendizaje de quienes los cursen.
Desde AFS Chile Programas Interculturales, la coordinadora de Marketing y Comunicaciones, Rosario Orellana, explica que estos programas de intercambio buscan que los estudiantes -aparte del aprendizaje o perfeccionamiento de un nuevo idioma- “se involucren en diferentes entornos culturales, desarrollen su capacidad de independencia y generen un mayor grado de madurez”.
EE.UU. y el Reino Unido : los preferidos
Con el plus que significa en el desarrollo profesional el manejo de más de una lengua, la posibilidad de cursar un intercambio por motivos de estudios y de trabajo es cada vez una mejor opción. Asimismo, la penetración del inglés como el idioma más hablado a nivel mundial ha convertido a los países de habla inglesa como los destinos más demandados.
En el caso de los programas impartidos en AFS, Orellana señala que los estudiantes de educación media optan principalmente por Estados Unidos, Australia y Nueva Zelandia, destinos que van desde los US$ 13.100 en los planes semestrales y que contemplan -en su mayoría- movilización en el destino, hospedaje, comida, seguros médicos y los gastos básicos.
En cuanto a los costos adicionales que no se contemplan dentro del valor semestral (exámenes médicos previos al viaje, vacunas, visas, etc.), estos promedian unos $200 mil. El pasaje aéreo, en tanto, a veces está incluido, todo depende del plan elegido y destino. “Por otro lado, para que un estudiante se desenvuelva sin problemas en su estadía, necesitaría alrededor de US$ 200 mensuales, pero esto dependerá del costo de vida y del factor económico del país al que se acuda”, dice Orellana.
Pese a los elevados precios que conlleva participar de estos intercambios, desde AFS comentan que poseen un programa de becas que cubren entre el 25% y 50% del costo total del gap year , al cual se debe postular al momento de llenar la solicitud en la página web.
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En el caso de los profesionales, los motivos por los cuales realizan el gap year es distinto. A diferencia de los escolares y universitarios, estos buscan realizar un cambio en sus vidas y “muchos optan por destinos como Sudáfrica buscando una experiencia completamente distinta y de crecimiento personal junto con el aprendizaje de un idioma”, finaliza Guerra.
El perfil del viajero varía según su edad
Aparte de la génesis que liga a estos programas al aprendizaje de nuevos idiomas que servirán para un mejor desempeño profesional más adelante, los perfiles de quienes optan por llevar a cabo estos intercambios culturales varían según la categoría etaria en que se encuentran.
En el caso de los escolares (13 y 18 años), ellos están en la búsqueda de conocer y descubrir -en la mayoría de las ocasiones- su norte profesional, que termina por ser el área que estudiarán a futuro en la universidad.
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Y por último, quienes ya se encuentran ejerciendo su profesión o trabajando en diversas áreas, optan por estos programas buscando hacer un cambio de switch en sus vidas, dejando atrás trabajos que no los hacen felices y encontrándose dispuestos a vivir nuevas experiencias.
Nota por: Diego Aguirre, periodista El Mercurio.
Para ver la nota completa, visita: Página B9, sesión de Economía & Negocios (Emol 24/03/18).