Texto original por Daniel Obst, Presidente & Director Ejecutivo de AFS Programas Interculturales.
El coronavirus ha cambiado la vida cotidiana de todos. Este momento de desaceleración, de pasar tanto tiempo en casa, de racionar suministros o planificar cuidadosamente el próximo viaje a una tienda, me ha hecho reflexionar mucho sobre la tremenda responsabilidad que tenemos con el mundo y con nuestra comunidad. Preguntas como ¿realmente necesito consumir como solía hacerlo?, ¿es todo este viaje realmente necesario?, ¿qué puedo hacer para proteger o ayudar a los miembros más vulnerables de mi comunidad? Debo decir que estoy sorprendido de cómo estoy respondiendo y adaptándome a esta nueva normalidad.
Como líder de una organización educativa internacional, también he estado reflexionando sobre nuestro propósito y misión. ¿Cómo continuamos cumpliéndola?
Educar a más jóvenes para que se conviertan en ciudadanos del mundo es crucial en momentos como estos, y es importante para el futuro de la humanidad. En su último libro, el profesor de Harvard Fernando M. Reimers presenta un caso perfecto para reformar los sistemas educativos para que todos los estudiantes sean educados para ser ciudadanos globales, con las competencias locales y globales que se necesitan con tanta urgencia.
Hay tres características que tienen todos los ciudadanos globales y ayudar a los jóvenes a desarrollarlos me parece más importante que nunca:
ENFOQUE EN “NOSOTROS” EN LUGAR DE “YO”
Todos tenemos una responsabilidad mutua y con nuestra comunidad. Los ciudadanos del mundo utilizarán su empatía de la manera más efectiva para comprender y apoyar a su comunidad local y al mundo. Saben que ya no se trata de “yo” y que todos debemos trabajar juntos para fortalecer nuestro “nosotros” común.
ABRAZAR LA DIFERENCIA
Hay mucho más que nos conecta en lugar de dividirnos. Los ciudadanos del mundo saben cómo utilizar nuestras diferentes fortalezas y trabajar juntos de manera constructiva, sin importar cuál sea nuestro contexto cultural.
FLEXIBILIDAD
Esta pandemia está trayendo tanta incertidumbre a nuestra vida diaria y perspectivas futuras. Los ciudadanos del mundo tienen la flexibilidad necesaria para considerar temas complejos desde múltiples perspectivas, evaluar ambigüedades y tomar medidas para beneficiar a nuestras comunidades.
Los tiempos de crisis también son oportunidades para el cambio. Nuestra oportunidad de educar a una nueva generación de ciudadanos globales es ahora.